El éxito de mexicanos en simulación a Marte

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En Poland Mars Analogue Simulation 2017 (PMAS) participaron más de 200 expertos de 30 países. La misión simuló las condiciones de una misión tripulada a la Luna y al llamado Planeta Rojo. Destacó la participación del equipo mexicano, del cual eran parte la ingeniera y maestra en ciencias Carmen Félix Chaidez, como supervisora y asesora de la misión, y como líder del equipo médico el doctor Carlos Salicrup Díaz de León, quien es piloto aviador de la flota de Boeing 787 de Aeroméxico, médico cirujano egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Para el doctor Carlos Salicrup Díaz de León, líder del equipo médico, médico y astronauta análogo (B Crew) de la simulación, la misión multinacional, realizada del 31 de julio al 13 de agosto, demostró que el trabajo en conjunto ofrece grandes avances para la humanidad. 

Dr. Salicrup.“Es la primera misión multinacional que se realiza. Participaron personas con idiomas, hábitos, comidas diferentes y logramos trabajar juntos por el bien de la humanidad. Esto es la representación de la humanidad y de cómo sería una misión real a otro planeta con la participación de todos los países”, dijo en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.

Añadió que los equipos se caracterizaron por aportar toda su experiencia y conocimiento, no solo a sus respectivos equipos de trabajo sino al resto de los integrantes de la misión.

Es la primera misión análoga de la que tengo conocimiento en la que se tiene un centro de soporte de misión completo, es decir, que tenemos todas las estaciones que habría en un centro de control de la NASA o de la Estación Europea, además de director de vuelo, médico de misión, psicólogo de misión, tecnología y datos, planeación y experimentos, media, entre otros”, comentó.

La misión

La Space Generation Advisory Council (SGAC) trabaja en la vinculación de estudiantes universitarios y jóvenes profesionales para analizar también aspectos de la política espacial internacional. Esa organización a nivel mundial con más de 10 mil miembros en 100 países y mediante su grupo de exploración espacial decidió realizar una misión en la que se simulara una exploración al planeta Marte, apegados a la mayor realidad posible.

Como parte del consejo de la SGAC, la doctora Carmen Félix Chaidez extendió la invitación al proyecto a más mexicanos. Propuso al doctor Carlos Salicrup Díaz de León como uno de los médicos de la misión y posteriormente fue designado por los directores del proyecto como líder del equipo médico, así como astronauta análogo de la tripulación B.

“Gracias a que he trabajado en distintas simulaciones, en esta ocasión estoy como supervisora y consejera. Como parte de las actividades que realizaron los astronautas, hay diversos experimentos que llevaron a cabo”, comentó.

Félix Chaidez explicó que desde hace más de dos años trabaja en el proyecto. En septiembre de 2016, en el Space Generation Congress (SGC), evento que reúne a los más destacados estudiantes de licenciatura y posgrado, así como a investigadores y jóvenes profesionistas de todo el mundo para discutir temas de importancia internacional del sector espacial, impartió un taller acerca de misiones análogas y planteó a estudiantes la idea de involucrar a más mexicanos. Ahí, Salicrup habló sobre los efectos del vuelo espacial en el ser humano y de los aspectos médicos y psicológicos a considerar para el regreso del ser humano a la Luna y a Marte.

Esta fue la primera misión análoga de Marte que se lleva a cabo en Europa (Polonia). Una tripulación de seis astronautas análogos se dedicó a la investigación científica en el hábitat instalado en una base aérea abandonada en las cercanías de la población de Pila y el centro de control de misión se localizó a más de 200 kilómetros del hábitat, en Toruń, ciudad medieval donde nació Nicolás Copérnico. Los equipos fueron expuestos a una misión que simuló las condiciones reales de exploración planetaria. La única comunicación del hábitat con el mundo exterior fue mediante un enlace con 15 minutos de retraso, como sería en Marte.

“Durante la etapa de la misión a Marte tuvimos un retraso de la señal de 15 minutos en cada día, tanto en comunicación como en datos, para hacerla mucho más real, y lograr que los astronautas análogos fueran más independientes en sus labores. Esto no se había intentado antes y nos dejó muy buena experiencia y resultados que ayudarán a la misión real”, comentó Salicrup Díaz de León.

Las investigaciones desarrolladas durante la misión buscaban también la interacción humana-robótica, las operaciones sobre el terreno, las  exploraciones en el terreno marciano, los efectos médicos y psicológicos del aislamiento y viaje interplanetario, así como el crecimiento de las plantas comestibles en el inverndero marciano simulado.

El equipo médico

Salicrup Díaz de León lideró el equipo médico compuesto por cuatro galenos y un ingeniero biomédico: el líder Carlos Salicrup; Diego Fernández Guardia, médico de rescate de la guardia costera y la Naval Argentina; de Polonia, los médicos Aleksander Wasniowski y Zuzanna Zobiak; y la ingeniera italo-irlandesa Ilaria Cinnelli.

Todos los médicos de la misión cuentan con formación y experiencia en la atención médica de emergencias en el medio prehospitalario (ambulancias de terapia intensiva), medicina aeroespacial y medicina en ambientes extremos (selva, polar, desierto, alta montaña, subterránea y submarina). Además de ser médicos, tanto Carlos Salicrup como Diego Fernández son también pilotos aviadores y forman parte de un reducido grupo de personas que ejercen ambas profesiones en forma dual y que a nivel mundial no suman más de 100 individuos con estas calificaciones, mismos que forman parte de la International Association of Military Flight Surgeon-Pilots, asociación de origen estadounidense de la que Salicrup fue presidente.

El objetivo principal era que la misión tuviera éxito, y conforme fue avanzando fuimos cultivando todo esto. Tuvimos resultados muy positivos y muy alentadores. Cada uno de los equipos fue recabando datos y ahora estamos en la etapa de procesamiento y análisis de los datos”, explicó.

El equipo médico se involucró en la logística de la misión, selección de astronautas análogos, en su nutrición e hidratación, en su entrenamiento de supervivencia, de primeros auxilios y de atención médica básica. Desarrollaron los protocolos de atención médica de emergencia de la misión y se encargaron del equipamiento médico del hábitat, así como de la selección de alimentos. También monitoreó la calidad del agua y los alimentos, la nutrición, hidratación, ciclos de sueño y la actividad de los astronautas análogos que se encontraban en el hábitat. Junto con los psicólogos también se encargaron de la atención y monitoreo de quienes participaron en el centro de control de misión.

Los signos vitales los monitoreaban apoyados con un chaleco ECG 3d, es decir, un sistema de electrografía cardiaco que junto con otros parámetros monitorearon los signos vitales de los astronautas análogos, controlados a distancia con técnicas de telemedicina desarrollados para esta misión por el equipo médico y el oficial de datos.

Añadió que el equipo médico puso especial énfasis en el equipo de astronautas análogos dentro del hábitat, a quienes sometieron a una valoración médica previa a la misión, desde su selección hasta el final de la misión. Se les aplicaron exámenes previos exhaustivos, exámenes psicológicos, un examen prevuelo y monitoreo diario. Era básicamente como tener a seis pacientes hospitalizados en un ambiente extremo, pero no podíamos tener contacto físico con ellos y solo a nivel remoto con un retraso de señal de 15 minutos en cada vía, es decir, que un mensaje-respuesta tardaba más de 30 minutos, no había un médico físicamente con ellos, lo que además de ser una gran responsabilidad fue un reto que nos puso a prueba, por lo que los requerimientos, exámenes médicos y monitoreo tuvieron que ser muy estrictos y por ello también el equipo psicológico trabajó en conjunto.

El estrés y responsabilidades que teníamos se encontraban al tope, el equipo médico trabajó durante las 24 horas todos los días. No nada más se trataba de tener la tranquilidad de que todos los astronautas análogos tuvieran una certificación médica por parte del gobierno de algún país o que nos firmaran las hojas deslindándonos de algunas responsabilidades, como médicos tenemos la responsabilidad ética y moral con ellos, como si fueran nuestros pacientes, de ahí los controles tan estrictos que estuvimos aplicando. Parte de ello es el éxito de la misión”, enfatizó.

Como médico de misión y astronauta análogo, Salicrup ingresó al hábitat durante los primeros días de misión para realizar calibraciones de equipo y efectuar la “caminata lunar” del primer día, “esta doble designación me permitió estar también en el equipo de astronautas análogos y nos abrió mucho más la parte de confianza y de interacción con el equipo médico. El equipamiento médico de monitoreo que pusimos en el hábitat fue el correcto. Afortunadamente no fue necesario utilizar el equipo médico de emergencia durante la misión”, dijo.

La misión integró emergencias simuladas, tanto de contingencias por incendio en el área de cocina y una más de rescate y atención médica en “Marte”. Esta última consistió en la simulación de un colapso por parte de uno de los astronautas análogos en una caminata marciana. Los astronautas análogos debieron emprender la búsqueda, rescate y la atención médica del astronauta análogo, estableciendo comunicación y telemedicina con el centro de soporte de misión y aplicando los protocolos de emergencia médica que el equipo médico desarrolló para esta misión.

“Se coordinó de una manera correcta. Es parte de lo que se hace o se realiza para que, en una misión real, se tenga conocimiento de qué hacer, qué hay que mejorar, qué equipar”, explicó.

El equipo mexicano

Los siete mexicanos que participaron en la simulación fueron el doctor Carlos Salicrup, Danton Bazaldua, Yair Piña, Betel Martínez y Juan Carlos Mariscal, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); también la maestra Carmen Félix, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), y Walter Calles, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Carmen Victoria Félix.Danton Bazaldua, estudiante de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, contribuyó, junto con Walter Calles del IPN, con el experimento de “Monitoreo remoto de signos vitales”, el chaleco de medición de constantes vitales que utilizó el equipo médico para monitorear a los astronautas análogos y que con la asesoría del doctor Carlos Salicrup desarrollaron.

Yair Piña, estudiante de la Facultad de Ciencias de la UNAM, fue parte del equipo de Cap-Com (comunicación con el hábitat) y astronauta análogo de back-up.

El primer día de la misión los astronautas análogos se aventuraron fuera del hábitat por primera vez y utilizaron el ExoGeoLander Rover, realizado para recoger muestras. El rover fue desarrollado por UNAM Space y supervisado desde el centro de control de misión por Juan Carlos Mariscal.

“Eso fue algo muy padre, allá los ubicamos. Nos llama la bandera y el idioma. Eran tres equipos de investigación: Dalton y Walter con el chaleco de signos vitales; Juan Carlos con el rover; y Betel con la parte de psicología. Ellos iban originalmente como representantes de sus equipos de investigación y experimentación para llevarlos a cabo durante la misión. Pero también acabaron colaborando con los otros equipos del Centro de Control de Misión, lo que junto con el excelente trabajo de todos los demás equipos contribuyó al éxito de esta misión”, dijo Salicrup.

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