¿Será cierto?: Los astronautas no lloran

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Por: Alfredo Morales

Bienvenidos sean a mi espacio en el que vamos a analizar algunos de los mitos más frecuentemente oídos sobre el espacio. Hoy vamos a hablar un poco sobre la tensión superficial del agua y la gravedad.

Cuando era pequeño me caía con frecuencia y normalmente rompía en llanto, entonces siempre pensaba que tenía que ir al espacio para que no pudiera caerme y lastimarme, de hecho es físicamente imposible que incluso la cebolla me hiciera llorar allá arriba. Pero ¿Qué tan cierto es esto?

Para contestar esta pregunta, debemos primero ver que es llorar.

Vamos a ahorrarte abrir una pestaña nueva en tu explorador para abrir Wikipedia y te voy a poner la mejor definición que encontré: “La acción de llorar se ha definido como un fenómeno motor complejo que es caracterizado por derramar lágrimas del aparato lagrimal, sin provocar ninguna irritación de las estructuras oculares".

Entonces, emocionalmente es técnicamente factible que hagas el proceso del llanto en el espacio, pero vamos a enfocarnos al derramamiento de lágrimas.

Normalmente cuando lloro, no por ver la película de Marley y yo aclaro, las lágrimas que no llegan al saco lagrimal recorren mis mejillas por acción de la gravedad, pero no caen de corrido como si fueran un río y no solamente porque se deba a mi testosterona, sino también porque se forman gotas.

¿Qué tiene que ver que se formen gotas con este mito? Pues estamos hablando de la tensión superficial del agua. Que es elemental para entender el mito.

Regresando a Wikipedia se define la tensión superficial como “a la cantidad de energía necesaria para aumentar su superficie por unidad de área” de un líquido, es decir, un líquido tiene resistencia para aumentar su área, por lo que existen fuerzas para mantener el líquido en una forma “compacta” en vez de usar toda el área.

Pongamos un ejemplo, toma una botella de agua y una moneda, coloca la moneda sobre una mesa y ve agregando lentamente agua, verás que el agua no caerá de la moneda inmediatamente, sino que formará una gota que ocupará toda la moneda y será relativamente alta, eventualmente llegará un punto en el que la tensión superficial se rompa por el propio peso del agua.

Entonces la gota se rompió por el peso de sí misma, es decir que tuvo que ver la gravedad… pues sí.

Ahora sabemos bien que en el espacio el agua flota en forma de gotas de diferentes tamaños. Pero una lágrima no saldría volando, sino que se mantendría cerca del ojo y pegada en la cara. No podría caer y sería un impedimento para los astronautas trabajar, por lo que la tienen que secar con toallas.

El veredicto es falso, si puedes llorar en el espacio, y con respecto a las lágrimas, estas no caen, pero si pueden salir del ojo con una cantidad suficiente y no existe impedimento para que tu glándula lagrimal no haga lágrimas. Lamento mucho hacerlos llorar al desmentir este mito.